La importancia del conocimiento radica en que el principal activo de una empresa lo constituye el conocimiento de sus empleados, ya que permite activar los motores de una organización todos los días. Pero ese conocimiento debe estar bien estructurado, recogido y documentado para que la empresa se pueda beneficiar de él, pueda innovar y tenga una opción de futuro.
La empresa al aplicar la gestión del conocimiento mejora su competitividad, optimiza sus recursos y ahorra costos, ya que posibilita una mayor capacidad de respuesta frente al cambio, tanto interno como externo, favoreciendo la innovación, facilitando el desarrollo tanto de la organización como de las personas que la integran.
Los activos materiales de una empresa tienen un valor limitado a menos que las personas sepan que hacer con ellos.
CAPITAL HUMANO: conocimiento útil para la empresa, que poseen las personas, así como su capacidad de regenerarlo, es la base de generación de los otros dos capitales intelectuales, este capital no es propiedad de la empresa, sino de las personas que trabajan en ella, a medida que los individuos incrementen sus conocimientos, crecerá el capital humano.
CAPITAL ESTRUCTURAL: es el conocimiento que la organización consigue explicitar, quedan incluidos los conocimientos estructurados de los que depende la eficacia y la eficiencia interna de la empresa: sistemas de información y comunicación, tecnología disponible, sistemas de gestión, procesos de trabajo, patentes. El capital estructural es propiedad de la empresa, queda en la organización después que las personas la abandonan. Un sólido capital estructural facilita un incremento en el flujo de conocimiento e implica una mejora en la efectividad de la organización.
CAPITAL RELACIONAL: el valor que tiene el conjunto de relaciones que se mantiene con el exterior de la empresa: base de clientes, proveedores, alianzas, comunidad.
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